¿Qué es la obesidad?
Contrariamente a lo que muchos piensan, la obesidad no es tan solo una cuestión de apariencia física. Se trata de una enfermedad crónica producida por un exceso de grasa en el cuerpo y que conlleva severos riesgos para la salud de la persona que la padece.
El indicador más recurrente para el diagnóstico de la obesidad en adultos es el índice de Masa Corporal (IMC). Podemos calcular fácilmente su resultado dividiendo nuestro peso (kg) entre el cuadrado de nuestra altura (m). Si lo desea, puede calcular su IMC aquí. En general, se considera que un adulto (independientemente de su sexo) tiene sobrepeso si se obtiene un valor entre 25-30. La obesidad se reserva para aquellos casos de IMC entre 30 y 40. Si el IMC se sitúa por encima de estos valores, se clasifica ya como obesidad mórbida (40-50) o extrema (mayor de 50).
Tipos de obesidad
Existen clasificaciones muy variopintas, según el criterio escogido (causal, morfológico, movilidad, etc.). Las más usadas establecen su tipología dependiendo de la distribución de la grasa y del porcentaje de sobrepeso. Atendiendo a esta última, hallamos casos de obesidad leve (20-40% de sobrepeso), moderada (41-100%) y casos de obesidad grave. Estos últimos corresponden a los de pacientes cuyo sobrepeso supera el 100%.
Por otra parte, según la localización predominante del tejido adiposo se establece una clasificación que resulta bastante reveladora, ya que permite asociar a su vez otras patologías recurrentes:
- Abdominal o androide. Concentra la grasa en la parte superior del tronco (abdomen, tórax, espalda, cuello y cara) de tal manera que el cuerpo adquiere forma de manzana.
- Periférica o ginoide. Está especialmente relacionada con mujeres y localiza la grasa predominantemente en la parte inferior del tronco, en muslos y caderas.
- Homogénea. El exceso de grasa se distribuye proporcionadamente en el cuerpo.
Si quieres conocer más información sobre los tipos de obesidad ¿Qué es la obesidad y cuántos tipos existen?
Causas de la obesidad
La principal causa de la obesidad responde a un desequilibrio entre las calorías que se consumen y las que se queman. No es nada nuevo que la sobrealimentación nunca resulta una buena aliada del sedentarismo predominante en la sociedad actual. Aún así, existen otras causas que pueden determinar el padecimiento de esta enfermedad:
- Genéticas: Algunos estudios demuestran que la herencia genética puede predisponer hasta en un 33% nuestro peso.
- Psicológicas: Trastornos emocionales, tales como una autoimagen negativa y casos de extrema inseguridad, unidos a la discriminación y a los prejuicios habituales que a menudo soportan las personas que padecen obesidad hacen que el problema, lejos de solucionarse, se agrave aún más.
- Socioeconómicas: Contrariamente a lo que se solía pensar, la obesidad se extiende mucho más entre personas de nivel socioeconómico medio-bajo. La clave está tanto en el acceso a una alimentación de variada y de calidad, como en la posibilidad de destinar tiempo y recursos para combatir el sobrepeso.
Aparte de estas causas, también inciden ocasionalmente algunas enfermedades endocrinas, defectos cromosómicos e incluso el consumo habitual de cierto tipo de medicamentos (antidepresivos, corticoides, anticonceptivos, etc.).
¿Qué complicaciones conlleva la obesidad?
Todos los especialistas coinciden en que la principal complicación de la obesidad radica en que puede predisponer a padecer graves enfermedades asociadas o acentuar las ya existentes. También es cierto que siempre, ante cualquier accidente y de cara a una intervención, el riesgo anestésico y quirúrgico aumenta considerablemente.
Además de todo lo dicho, hasta hoy se considera que existen más de cuarenta patologías relacionadas con una acumulación excesiva de grasa. Entre ellas destacan estas enfermedades:
- Cardiovasculares: La acumulación de materia grasa en las arterias puede derivar en hipertensión, cardiopatías e incluso en casos de muerte súbita.
- Respiratorias: La presión pulmonar unida a un esfuerzo mínimo puede generar ahogos y trastornos como la apnea del sueño.
- Óseas, como la osteoartritis y problemas ortopédicos por defectos en la postura.
- Endocrino-metabólicas, tales como la diabetes y la gota.
- Cancerígenas: Algunos tipos de cáncer (mama, endometrio y ovarios en mujeres; próstata y colon en hombres) se dan con más frecuencia en pacientes de obesidad.
- Complicaciones cutáneas: Sudoración excesiva, estrías, callosidades, etc.
- Trastornos reproductivos y sexuales: La fertilidad disminuye y los ciclos menstruales se tienden a desregularizar.
