Sabemos que la obesidad afecta a la calidad de vida, pero también aumenta las posibilidades de padecer enfermedades más graves.
Dentro de los muchos desajustes y enfermedades provocadas por la obesidad, se encuentran los padecimientos cardíacos. En la actualidad, aproximadamente 1 de cada 4 muertes anuales es producto de una enfermedad cardíaca.
El 29 de septiembre se celebra el Día Mundial del Corazón. Por ello, dedicamos este artículo a la relación entre obesidad y corazón.
¿Cuál es la relación entre la obesidad y el corazón?
Aunque la explicación es mucho más extensa y compleja, de forma resumida, estas son las tres formas en las que la obesidad impacta en la salud cardíaca:
1. Aumenta tu presión arterial. Las personas con obesidad necesitan más sangre para que su organismo transporte el oxígeno y los nutrientes necesarios. Aunque esto no parece grave, en realidad, es la causa del aumento de la presión arterial y a su vez de infartos.
2. Altera tus niveles de colesterol. Todos asumimos que con el aumento de peso también crece el colesterol malo. Pero lo que muchos no sabemos es que la obesidad también reduce el colesterol bueno. Éste se encarga de eliminar el colesterol malo y también es importante para una buena salud cardíaca.
3. Aumenta las posibilidades de padecer diabetes. A pesar de que una persona con obesidad tiene que preocuparse por su presión, colesterol y salud cardíaca, también debe tener cuidado con la diabetes, enfermedad que tienen muchas posibilidades de desarrollar. Además, si se contrae diabetes, se aumenta las posibilidades de sufrir enfermedades del corazón: las personas con diabetes tienen de 2 a 4 veces más posibilidad de tener riesgo de enfermedad cardíaca de acuerdo con la Asociación Americana del Corazón.
Dado el panorama de salud que se presenta para las personas con obesidad, lo más recomendable es que sigan una dieta sana y una rutina de ejercicios que les permitan controlar su peso. De igual manera, hoy en día existen multitud de técnicas destinadas a combatir el sobrepeso y la obesidad.
- Técnicas endoscópicas como balón intragástrico o método apollo que no sólo han demostrado ser eficientes para el tratamiento del sobrepeso sino que inciden directamente en la mejora o remisión de niveles de glucosa en sangre (diabetes tipo 2) e hipertensión arterial.
- Técnicas quirúrgicas como el bypass gástrico, banda gástrica o tubo gástrico que han demostrado sobradamente su eficacia en el tratamiento de la obesidad.
